El echo es que nadie quiere tomar pastillas por gusto, ni se quiere medicar, pero la realidad es que cuando un médico , en este caso psiquiatra las da es por hacen falta. No para fastidiarnos la vida , si no para todo lo contrario.
Ahora os hablaré de cuando estuve yo sin medicarme, lo que yo denomino mi época sin ; la denomino así porqué estaba sin mi familia, sin mis seres queridos, sin mis médicos, sin nadie que conociese, en Madrid con un chico que conocí por la red de redes y que apenas conocía . Sería por la influencia de este chico , también enfermo, que decidí dejar de medicarme durante cerca de un año. Resultado de todo este sarao que monte en la capital que no fue poco la verdad , un ingreso que no se lo deseo a nadie.
Es por eso que a raíz de esto de dejar las pastillas, tuve una muy , muy fuerte recaída que me llevo a estar ingresada cerca de tres semanas y media, hasta que lograron estabilizarme.
Pero, me sentí tan tan, sola, en aquella habitación de hospital en Madrid, mis padres bajaron a verme en autobús hasta en tres ocasiones, hasta que me dieron el alta hospitalaria. A mi padre, cuando salí del hospital había llamado a un vecino que tenía a mi hurón , ya que era lo único que quería conservar de citada relación, con aquel chico.
Aveces las personas nos equivocamos y mucho, bastante, porque por hablar por teléfono, damos una imagen, y en persona somos de otra , y vaya yo si metí la pata pero hasta el fondo.
Conclusión ser vosotros mismos siempre, y saber que dejarse la medicación os puede traer consecuencias graves , como una crisis aguda en el trastorno bipolar.
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