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sábado, 3 de agosto de 2013

Mi Esclerosis.

La esclerosis múltiple es una enfermedad neurológica autoinmunitaria que se produce porque se inflama y se pierde la mielina o sustancia blanca del Sistema Nervioso Central, compuesto por el cerebro, el cerebelo, los nervios ópticos, el tronco del encéfalo y la médula espinal. Cuando se produce una inflamación de una de estas zonas aparece un problema neurológico que consistirá en una alteración de la sensibilidad de alguna parte del cuerpo o de las extremidades, en una pérdida de fuerza de las dos piernas (paraparesia) o de media parte del cuerpo (hemiparesia), en un trastorno del equilibrio, en una alteración visual como la pérdida de visión o visión doble (diplopía) o en dificultades para orinar. Estas alteraciones aparecen un día con una intensidad leve y van aumentando a lo largo de unos 5-7 días hasta que se estabilizan.

Brotes

 

Estos episodios de alteración neurológica reciben el nombre de "brotes". A lo largo de la vida, la persona que sufre una esclerosis múltiple irá teniendo brotes con una frecuencia que varía mucho de unas personas a otras y que es imposible de predecir. La consecuencia de la repetición de estos brotes es, fundamentalmente, la discapacidad motora de las piernas. De hecho, esta enfermedad es la primera causa de discapacidad en adultos jóvenes después de los accidentes de tráfico.

La esclerosis múltiple que se manifiesta con brotes se llama remitente recurrente y es la más frecuente. También existe un tipo de enfermedad que se llama esclerosis múltiple primaria progresiva, en la cual los pacientes, aunque pierden mielina, no tienen brotes. Las consecuencias neurológicas de los dos tipos de enfermedad son las mismas.

Origen desconocido
La esclerosis múltiple aparece en personas jóvenes. Los primeros síntomas de la enfermedad aparecen en dos momentos de la vida: en torno a los 20 y sobre los 40 años y es más frecuente en las mujeres. Las razones por las que una persona sufre la enfermedad son desconocidas. Existen algunos factores genéticos y ambientales que se relacionan con la enfermedad, pero todavía no están bien determinados y hoy por hoy la esclerosis múltiple no se puede prever ni prevenir.

Diagnóstico

La enfermedad se diagnostica con una resonancia magnética del cerebro y de la médula que demuestre que hay áreas de inflamación en la mielina, en una localización y número característicos. Hay otros métodos diagnósticos que pueden ser necesarios, como el análisis de las bandas oligoclonales del líquido cefalorraquídeo a través de una punción lumbar, o bien los potenciales evocados de los ojos que permiten ver si hay afectación del nervio óptico aunque el paciente no haya tenido ningún problema visual.Imagen

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