Supongo
que cuando a mis padres les decían que yo estaba mal criada y consentida de
forma burlona, y se reían mis tíos jamás pensaban que la cosa iba a desembocar
a donde luego desemboco.
Mi
primer ingreso lo tuve siendo menor de edad, con tan solo quince años, y la
cosa se alargo tres semanas, no acertaron con el diagnostico, y para casa.
Recuerdo
que luego mamá probo de todo hasta curanderos, que me pusieron estampas de
vírgenes por todo mi cuerpo, os podéis imaginar que sandez.
Total,
para nada para pasar un año en una naturopata que no me sirvió de gran ayuda,
pues yo prácticamente ni salía, para comprar el pan de mi casa, bueno de la
casa materna.
No
seria hasta mi mayoría de edad, y con mi segundo ingreso esta vez en Torribera,
que darían con mi problema, trastorno bipolar tipo 1, coño!!
Dijo
mi padre eso tiene cura,
Eso
que es grito mi madre,
Se
puede curar entre llantos dijo mi hermana,
Y
yo dije basta!! Marchaos,
Dejarme
tranquila, quiero un poco de tranquilidad, para asumir esto, y luego ya veremos
lo que pasa, con todo esto.
No
cabe ninguna duda, de que fue una noticia muy fuerte para todos ellos,
Pero,
más para mí, pues luego vendrían las litemias y demás pruebas, a parte que el
ingreso duro cerca de los dos meses.
Cuando
conocí a mi pakistaní, que luego se convertiría en mi “marido” por lo veré veré, con a
penas veintitrés años, ya habiendo pasado el duro golpe de saber que tengo dos
enfermedades crónicas trastorno bipolar y esclerosis múltiple,
Me
junte con Khan al mes de conocerle, luego hice la estupidez de casarme por
aquel rito,
Y
cuando más le necesitaba en un ingreso, que casualidad, que me dejo tan rápido
como se caso conmigo.
Con
mi pareja actual Miquel, es totalmente al contrario, me acompaña siempre a los
médicos, esta por mi, se preocupa por lo que son mis patologías, hasta le cae
bien mi familia, se ocupa de que me tome la medicación, en fin supongo que me
quiere, me debe de querer, aunque el tema de tener o no tener hijos siempre sea
un asunto pendiente, entre nosotros.
Que
vengo a decir con esto, que ahora con treinta y seis años estoy mucho más
centrada que no lo estaba con aquella edad,
Que
en la vida también esta para equivocarse,
Porque
sino te equivocas no aprendes,
Esta
es mi moraleja.
En
fin compañeros espero que os haya gustado este relato,
Saludos,
Y
hasta el próximo.
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