A menudo me siento
idiota, triste, ida, bipolar, bipolar, que es lo que me pasa ni siquiera yo lo
se ojala lo supiera.
Desde que te dan el
diagnostico de lo que sufres, padeces, tienes, te quedas pensando, y buscas
soluciones remedios para luchar contra citado trastorno mental.
En mi caso, fue a
corta edad que mis padres me llevaron o pusieron en manos de los psiquiatras,
desde los catorce, que me conozco a citados médicos.
A los dieciséis sufrí
mi primer ingreso, en la maternidad del hospital clínico, donde están los casos
de trastornos alimentarios, recuerdo ver a mi yayo José Maria llorar tras la
ventana de aquel centro, justo detrás del Camp Nou.
Nadie puede predecir
como puedes pasar un ingreso hospitalario en un centro de salud mental tan
jovencita, yo recuerdo que dentro de lo que cabe y la situación en si lo lleve
bastante bien, aunque aun no dieron con el diagnostico. Me diagnosticaron trastorno de conducta.
No sería hasta el veintiséis
de septiembre del noventa y ocho que darían con mi diagnostico, en otro ingreso
ya en Torribera, mi diagnostico, era
trastorno bipolar 1, recuerdo a mis
padres llorar, junto con mi hermana, por tener que dejarme allí.
Pero no había otra solución
para que yo mejorase de aquella, jodida enfermedad,
Debo ser fetichista o
algo por el estilo porque llevo tatuadas en mi cuerpo, las fechas del día, que
se me diagnosticaron tanto el trastorno
bipolar, y la esclerosis múltiple.
Ahora a día de hoy, y
habiendo estado viviendo sola montones de veces, inclusive fuera de Catalunya, es cuando debo decir que a
pesar de pesar veinte kilos de mas, que se que me debo quitar de encima por mi
salud, ya no por estética.
Es cuando me
encuentro mejor, mejor de mi bipolaridad,
mejor con mi pareja, mejor conmigo misma, mejor con mis amigos, mejor con la
familia, y sobretodo mejor por dentro.
Y creo que eso también
implícitamente se refleja por fuera.
Un abrazo fuerte.
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